Curtido de chico en la cultura del trabajo, incursionó en diversas ocupaciones que le permitieran ganarse el sustento, y hoy se dedica junto a su esposa a una tarea espiritual para rescatar parejas de la disolución.
A sus mil oficios, Carlos le suma el salvar matrimonios
La de Carlos Balbuena es una vida sostenida en tres hitos fundamentales: el primero, el día que a los 8 años ayudó a su padre a amurar un poste, el otro cuando de adolescente allá por los 80 un pibe que andaba en la rara le marcó que la amistad entre ambos no era lo más conveniente, y el último, la vez que entendió junto a su esposa Verónica que salvar matrimonios de la desintegración era tarea de buen cristiano.