domingo, 24 de abril de 2016

No tienen techo, viven con lo puesto, pero les sobra dignidad


No tienen techo, viven con lo puesto, pero les sobra dignidad - FAMILIA REUNIDA. Los chicos están bien cuidados y reciben educación. (Crónica/Adrían Sacchero)

Día a día luchan con esta situación y hacen grandes esfuerzos para salir adelante. Pese a vivir bajo la autopista en Oruro y Cochabamba, en el barrio porteño de Boedo, todos sus hijos estudian. Una historia conmovedora.

Más allá de las grandes necesidades que pueda tener cualquier familia en este momento que nos toca vivir, hay valores que por suerte no se pierden.

Este es el caso de una familia compuesta por una pareja y sus seis hijos, que padecen penurias y viven debajo de la autopista Perito Moreno pero que, a pesar de sus carencias, envían a los chicos al colegio, los vacunaron y tratan de llevar una “vida normal” aunque no lo es.

Pese a las tremendas limitaciones económicas con que se chocan, siguen peleando con admirable dignidad. Esta es la historia de Yamil García y Carmen Pérez, que junto a sus seis hijos, de entre uno y 14 años, viven desde hace algo más de un mes debajo de la autopista Perito Moreno, en el cruce de las calles Oruro y Cochabamba, y tienen esperanza de contar algún día con un techo propio.

Según contó Yamil: “Tuvimos una complicación por el alquiler en Florencio Varela porque el dueño vendió la propiedad y varias familias quedaron en la calle. Una persona nos habló de este lugar, por lo menos para no estar a la intemperie con los chicos, y por eso estamos parando debajo de la autopista. Pedimos autorización con el director del Polideportivo (que linda con el lugar donde viven) y nos dijo que sí, que podíamos quedarnos acá”.

Respecto de este tema, su mujer Carmen agregó que “antes de llegar acá estuvimos un largo tiempo acampando en Costanera Sur pero nos agarraron las dos tormentas fuertes, nos mojamos todos y después no nos querían dejar entrar. Nosotros nos comportábamos bien y no llevábamos problemas a nadie, mientras que otras familias se drogaban, emborrachaban y causaban problemas, por eso, nos fuimos porque no quería que mis hijos vivieran en ese ambiente”.

Una vida dura

Sin embargo, la vida bajo el puente no es fácil ya que, según Carmen, “hay gente que nos insulta, no nos quiere. De hecho, para ir al baño o que los chicos puedan estar aseados, no nos querían dejar entrar al polideportivo primero, después se dieron cuenta de que no éramos mala gente y de vez en cuando podemos usar las instalaciones. De todas maneras, para no molestarlos hicimos un pequeño bañito en el fondo, porque los chicos van varias veces al baño y no queremos molestar a nadie”.

A pesar de esto, es admirable cómo la pareja mantiene aseados a los chicos. Cuatro de ellos ya están estudiando en la escuela Número 13º General Zapiola, donde dos van en el turno de la mañana y dos por la tarde. Además, Carmen los llevó a vacunar pero la familia se enfrenta a varios problemas: “Estamos con el tema de los documentos porque algunos se me perdieron y otros tengo que actualizarlos, pero no es fácil porque lo mandamos a pedir de provincia para acá y me cobran 200 pesos por cada uno. Sin los documentos, no podemos iniciar ningún tipo de trámite”.

Finalmente, Carmen dijo que “quisiera un pedacito de tierra o una casita chiquita como para que los chicos no sufran frío y tengan su casa. Quiero vivir como una familia normal”.

El tremendo drama de pasar necesidades

Uno de los problemas que padece la numerosa familia es la comida, ya que alimentar a los más chicos no es fácil. De hecho, Carmen argumentó sobre el tema que “la gente realmente nos ayuda un montón porque algunos nos traen de todo para que vayamos tirando, pero la verdad es que se hace muy complicada esta situación”.

La mujer agregó con suma pena que “cuando él (en alusión a su pareja) puede hacer alguna changa y junta una plata compramos mercadería y hacemos un fuego enfrente, o usamos una pequeña garrafita para calentar la comida para todos. Si podemos compramos mercadería y si no, varias veces nos ayudan los vecinos. Hay gente buena que nos da una mano con eso, o cuando me ayudaron con el tema de las vacunas o mismo para anotar a los chicos en el colegio”.

A la hora de saber qué es lo que están necesitando, Carmen dijo que “ropa, abrigo, calzado y cosas para la lluvia, para la escuela, limpieza, útiles, botas, pilotos, pañales para el bebé porque mucho no le dan. La gente que quiera ayudar puede venir acá para que vean que no mentimos y también puedan darse cuenta cómo vivimos, somos gente honrada”.

POR: GRUPO CRÓNICA
Por Gabriel Arias
garias@cronica.com.ar

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