viernes, 25 de septiembre de 2015

Defensa cayó ante Boca 2 a 1 y se despidió de la Copa Argentina. Impreciso y desconcentrado, desperdició una gran chance de hacer historia


Boca-Defensa

(Claudio Blanco desde Córdoba)
La concentración y la precisión quedaron en Varela y no viajaron ni a Junín ni a Córdoba. Ayer, por los cuartos de final de la Copa Argentina, Defensa y Justicia cayó con justeza ante Boca en el estadio Kempes de Córdoba, con goles de Tévez (quen también marrón un penal) y Cubas para el Xeneize y Nicolás Bertocchi para el Halcón.


El equipo de Ariel Holan nunca pudo dar dos pases seguidos o, al menos, uno bien. Extrañó la falta de Delgado y Damián Martínez tuvo una noche para el olvido. Entonces las bandas de marcación lateral fueron una tentación para éste Boca de Arruabarrena que, ante la ausencia de un buen nivel de juego colectivo, basa su éxito en la jerarquía de talentos como Tévez, Cubas y Calleri, entre otros. Y esos toques de distinción fueron los que dieron el triunfo en la noche cordobesa. Distinción que bastaron para, por ejemplo, definir esa pelota tontamente perdida por Arias (si de desconcentración hablamos, el pobre Gaby fue un paladín) y encarar por derecha hasta el fondo de la raya de gol y, casi sin ángulo de disparo, ubicar dentro del arco con una precisión absoluta una pelota que la mayoría de los delanteros la mandaría a la parte externa de la red o la cruzaría para esperar que alguien la empuje. Mucho obsequio para un adversario como Boca, ni más ni menos.

Pero el error de Arias no fue lo único, porque la pelota ardía en los pies de cada uno de los jugadores de Defensa. Les llegaba, costosamente, y cada uno de ellos se encargaba de tirarla afuera o de meter un pase para… uno con camisera azul y oro. Y así la noche se esfumó, en un partido que hizo doler los ojos a más de uno si de espectáculo se trata.

Defensa llegó 2 veces: una fue gol de Bertocchi, la otra un disparo lejano de Tellechea. El gol del empate transitorio del Defe sirvió para silenciar a la “12” y traer una tibia esperanza de forzar a una definición por penales. Pero una gran jugada y una mejor definición conun sablazo de media distancia terminaron con esas ilusiones por el piso. Ni los ingresos de Rodríguez, Bertocchi y Dal Casón pudieron revertir una noche carente de ese juego que hasta antes del partido con Sarmiento el equipo nos había acostumbrado.

Es de suponer que ese juego, basado en la precisión en los pases, la inteligencia de sus movimientos y la concentración durante los 90 minutos quedó olvidada en el barrio Libertad, y fue celosamente guardada en un cajón de la oficina de Jorge Muszyka (amigo e intendente del estadio)  dentro del Tomaghello. Por favor, el domingo para el partido con Quilmes golpeemos tempranito la puerta de entrada y pidámosle la llave a Jorge. Eso sí, que la próxima no se olviden esas preciadas virtudes y se la lleven en el nuevo viaje a Córdoba para jugar ante Belgrano de una manera más parecida a lo que brindan de local.

La Cadena Verdeamarilla del Gol

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