lunes, 22 de septiembre de 2014

LA UCR, EN LLAMAS

 A estos tiempos revueltos de la política bonaerense también aporta el radicalismo. A dos semanas de la interna llamada para renovar autoridades partidarias, sigue sin aparecer un escrutinio definitivo y la tan temida judicialización de la puja entre Ricardo Alfonsín y sus opositores parece a la vuelta de la esquina. 
 “En Florencio Varela las escuelas no se abrieron y se terminó votando en un auto”, dicen cerca de Salvador. También mencionan el caso de un distrito donde, aseguran, votó llamativamente la mitad del padrón cuando el promedio de participación en la Provincia no superó el 8%.
El hijo del ex presidente ganó la elección y esa situación es admitida por todos. Pero no hay acuerdo en torno de los porcentajes que obtuvo el vencedor y los que cosechó la propuesta opositora liderada por Daniel Salvador. Los alfonsinistas aseguran que ganaron con el 65% de los votos contra el 35% de sus desafiantes. Las huestes de Salvador afirman que fue por un margen mucho más estrecho: 54 a 46%. La pulseada ya no remite a si una de las listas tendrá un asiento más que la otra en la mesa de conducción del Comité Provincia. Lo que está en juego es la legitimación del liderazgo de Alfonsín y, en el fondo, su posición refractaria a cualquier acuerdo con Mauricio Macri. Dicen en la UCR que hubo una negociación para evitar la intervención de la Justicia electoral con la que amenaza Salvador. Y que el alfonsinismo aparecía dispuesto a admitir el 46% al que se abrazan sus opositores a cambio de que aceptaran la derrota en dos comités estratégicos: La Matanza y Lanús. Fuentes radicales señalan que allí se cortó el diálogo. “No nos pueden decir que aceptemos perder en lugares que ganamos”, braman cerca de los antialfonsinistas. Un ex intendente del radicalismo bonaerense ya se anotó como candidato del Pro de Mauricio Macri La puja amenaza con enchastrar todo el proceso electoral. Y en la denuncia que podría terminar en la Justicia dicen que se mencionarían dos casos emblemáticos de presuntas irregularidades. “En Florencio Varela las escuelas no se abrieron y se terminó votando en un auto”, dicen cerca de Salvador. También mencionan el caso de un distrito donde, aseguran, votó llamativamente la mitad del padrón cuando el promedio de participación en la Provincia no superó el 8%. Pero en el radicalismo hay dirigentes que están desvelados por la cuestión electoral y las chances de conservar espacios de poder en los distritos. Hay intendentes que ven con buenos ojos posibles acuerdos locales con el PRO. Y buscarían tener algún margen de maniobra para concretarlos. Casi a modo de anticipo, algo parecido se precipitó en Villarino: el ex intendente radical Jorge Simoni, acaba de anunciar que será candidato de Macri en 2015. Otros miran a las Primarias y pretenderían armar listas colectoras: esto es, que se les permita ir colgados de todos los candidatos presidenciales del Frente Unen. Ninguno, en definitiva, quiere quedar atrapado de una lógica provincial que los condene, quizás, a la derrota.

El Día - La Plata

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