martes, 23 de septiembre de 2014

El Intendente y sus Concejales no quisieron escuchar, pero el Tribunal de Cuentas nos dio la razón.

A pesar de la derrota electoral del 2013 el Intendente Julio Pereyra sigue creyendo que el Concejo Deliberante es un mero apéndice del ejecutivo municipal, que debe estar al exclusivo servicio de sus necesidades y de sus intereses.

Para el Jefe del oficialismo los Concejales solamente están para votarle sus proyectos, convalidarle sus contrataciones (aún cuando sean irregulares o huelan mal), sancionarle el presupuesto y, por supuesto, aprobarle las cuentas de sus gastos.


A tales fines abusa de la mayoría que todavía conserva (por cierto bastante menguada en virtud del triunfo del Frente Renovador el año pasado), y cuando le hace falta cuenta con ex “opositores furibundos“ devenidos en aliados incondicionales (producto del “abultado poder de seducción” que dispone Julio).  

Así el Intendente logra que sus fieles Concejales –con los ojos cerrados, la nariz y los oídos tapados- aprueben todo y de todo, no importa si lo que mandó al Concejo es razonable o no lo es, si es perjudicial para la comunidad, si contradice leyes provinciales o nacionales, o si viola la propia Constitución, porque para eso “tienen la mayoría”.

Pero sucede que algunos Concejales (verdaderamente opositores), que tienen claro los deberes y las atribuciones que les confirieron los varelenses cuando los votaron, no se dejan atropellar por el Intendente y “su mayoría”, y plantean las cosas como deben ser aunque los oficialistas no los escuchen y le den para adelante de cualquier forma.

Así pasó con la Rendición de los gastos del ejercicio 2013, y ahora nos encontramos con que el Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires nos ha dado la razón en todo lo que planteamos. Por eso ha dictaminado la existencia de “incompatibilidad manifiesta” de los 3 Concejales que durante ese año se desempeñaron como Secretarios del Ejecutivo y que la aprobación de los gastos dispuesta por los votos oficialistas resulta “carente de efectos”. Y, como si fuera poco, ha dicho que “habrían sesionado solamente con nueve concejales habilitados”, con lo cual, según el dictamen del Tribunal, “el quorum necesario para sesionar no habría sido obtenido”.

Esta situación inédita y vergonzante, que afecta la honorabilidad de los Concejales y del Concejo Deliberante de Florencio Varela, debería servirles de ejemplo al Intendente y a sus Concejales para que, más allá de enojos, rechazos o invocaciones dramáticas, recuerden que son legítimos representantes de la voluntad popular en un Estado Democrático y de Derecho, y que como tales deben someterse al principio irrenunciable que determina que “Dentro de la Ley todo, fuera de la Ley NADA”.

DARDO OTTONELLO
 GABRIELA LASSO
             Concejales Frente Renovador 





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