martes, 29 de abril de 2014

Juicio Di Gallo: La quinta donde habia fiestas negras

Martín Lanatta, condenado a prisión perpetua por el denominado "Triple crimen de General Rodríguez", declaró como testigo en el juicio por el homicidio de Natalia Di Gallo y relató que solía frecuentar una quinta en la que pudo haber sido abusada y asesinada la víctima, y que allí vio al imputado Nicolás Gómez, reveló el abogado de la familia Di Gallo, Daniel Mazzocchini. Mazzocchini relató que Lanatta aseguró que el inquilino de la quinta, a quien identificó como Cristian Refichi, le confesó haber "sacado muerta" a Natalia, y agregó que días antes de la desaparición de la joven, lo vio a este hombre conversando con Gómez. Hace 10 años los padres de Di Gallo habían denunciado en el diario Clarin (ver pag 9) la existencia de una quinta que era frecuentada por gente con mucho poder. Juan Di Gallo, padre de Natalia, dijo esto por única vez. Nunca volvió a mencionar el tema.
Al tiempo ingreso a la comuna varelense como empleado en el área de seguridad, donde nunca trabajó. Al dia de hoy sigue figurando en el listado de personal con el legajo Nº 70979. ¿Sigue cobrando? El testigo declaró el viernes en una audiencia del juicio por el crimen cometido en 2003, que comenzó en febrero y que está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Quilmes. Mazzocchini aseguró que Lanatta dijo que la quinta mencionada es una vivienda bautizada "Ensueños", situada en la calle 887 al 600 de Florencio Varela, en el sur del Gran Buenos Aires, propiedad de Andrés Meyer y Karina López, con quienes Refichi mantenía algún tipo de relación comercial. En su declaración testimonial, Lanatta afirmó que conocía a Meyer, a López y a Refichi desde hacía tiempo y que canceló un negocio con ellos en la ciudad bonaerense de General Lavalle "porque descubrió que tenían a una chica cautiva, atada y con claros signos de haber sido golpeada", dijo Mazzocchini. "Lanatta dijo que al día siguiente de la desaparición de Natalia -el 29 de diciembre de 2003- fue de visita a la quinta y vio cuando estaban cargando en un auto Mazda, sogas, frazadas, sábanas y videos. Estaban sacando las pruebas", relató el letrado de la familia Di Gallo. Según Mazzocchini, en esa oportunidad, Lanatta se encontró con Refichi y éste le reconoció que "sacó muerta a Natalia de la casa", aunque no admitió haber sido él quien la asesinó. "Refichi era el `che pibe` de Meyer", dijo el abogado del particular damnificado, en referencia a que pudo ser éste último quien mató a Di Gallo y, luego, le encargó a Refichi deshacerse de las evidencias. Además, Lanatta manifestó que entre el 24 y el 25 de diciembre de 2003, pocos días antes del homicidio, encontró en la puerta de la quinta a Refichi conversando con un joven que luego identificó como Nicolás Gómez. Para Mazzocchini, el testimonio de Lanatta dejó claro que "Meyer y López organizaban fiestas en la quinta y que Refichi le pedía a Gómez que le entregara chicas", por lo que esperaban a que el próximo lunes, cuando se reanude el juicio, los miembros del Tribunal "pasen el testimonio a una fiscalía para que los investigue". En tanto, Santiago Irisarri, uno de los abogados defensores de Gómez, dijo hoy a Télam que consideraba lo dicho por Lanatta "totalmente irrelevante" y "toda una fabulación". "Ninguno de los testigos convocados para hablar sobre la quinta dijeron haber visto allí a mi defendido", dijo Irisarri, y agregó: "No está probado que la chica haya ido a esa quinta, no está probado que Nicolás (Gómez) haya estado en esa quinta". Natalia fue vista con vida por última vez el 28 de diciembre de 2003, cuando salió de su casa junto a Gómez, y el 1 de enero de 2004 la encontraron asesinada y envuelta en bolsas de nailon en el Parque Pereyra Iraola de Berazategui. Según los forenses, Natalia fue violada y murió por una "asfixia mixta" producida por la obstrucción de las fosas nasales y la boca, en combinación con una compresión torácica-abdominal. También se demostró que fue asesinada en otro sitio y luego depositada en el lugar del hallazgo. Por su parte, Gómez siempre se declaró inocente y denunció que él y Natalia estaban dentro de su auto estacionado en el mencionado parque cuando un delincuente armado los asaltó, lo encerró en el baúl y raptó a la adolescente. Sin embargo, dos testigos que declararon en el juicio afirmaron que esa noche vieron cuando, en el cruce de la ruta provincia 36 y avenida Bosques, de Florencio Varela, varias personas pasaban violentamente de un auto como el que tenía Gómez, un Renault 11 celeste, a otro vehículo a una chica con el aspecto de Natalia.

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