domingo, 30 de marzo de 2014

Los hijos y nietos de los veteranos de guerra cuentan su pasiòn


















Ellos crecieron con la herencia del honor. Esa marca indeleble de las historias de sus padres y abuelos que fueron soldados en la guerra de Malvinas hace 32 años. No pueden disimular el orgullo. Se les resquebrajan las voces cuando hablan, se emocionan y les anida en el pecho esas enormes ganas de honrarlos por siempre. Saben desde la cuna que hay una causa nacional por la que luchan y no se rinden. Esa es su herencia y la levantan como bandera hasta la victoria. Lucrecia Hielve vino al mundo cuando su padre se jugaba la vida en las islas. Está a punto de cumplir 32 años. “Yo nací cuando mi papá estaba en la guerra y me conoció al volver, él estaba en el barco Santísima Trinidad, estoy contenta de ser hija de veterano de guerra”, contó en charla con Infosur.
“Cuando mi papá se fue a la guerra estaba embarazada, me conoció cuando volvió”, señala dando una postal de la vida de los Hielve. “Estoy muy orgullosa de ser hija de un veterano de guerra y quiero desearle lo mejor”, cuenta. En el monumento a Malvinas del Cruce Varela los hijos y los nietos de los veteranos de guerra se van acomodando para la foto de Infosur. Hay banderas y consignas. Pero hay historias para contar que se van hilvanando de a poco y que traslucen la heroica tarea de los héroes para mantener en alto la causa. Maximiliano Escalada nació después de la guerra. Ahora tiene 28 años y un hijo. “Es un orgullo muy importante, somos hijos de veterano todo el año y nos da mucho orgullo. Tengo un hijo que va a la escuela y siempre pregunta sobre el abuelo y la guerra. Somos parte de Malvinas y lo llevamos muy adentro. Yo nací siendo el hijo del veterano de guerra”, dice. Kiara Piri también vive con la herencia del honor. “Es un gran orgullo tener a mi padre que es un veterano de guerra de Malvinas. En estos días, cercanos al 2 de abril, es cuando más apoyamos a mi papá”, cuenta. Camila Escobar tiene la misma sensación guardada en el corazón. “Siento un orgullo muy grande cuando voy a la escuela y hablan de Malvinas y yo sé que mi papá estuvo ahí. El siempre va a los actos vestidos de veterano y es un gran orgullo”, subraya. Luciana Angelossi tiene la bandera argentina en el pecho, grabada en la remera que lleva a todos lados. “Para mí es muy importante el respeto a los veteranos por eso uso la remera Argentina, vi muchos chicos que usan la de Inglaterra, que la usan por moda, pero no tienen en cuenta a los veteranos, lo que sufren cuando ven a un chico con la remera del país con el que peleamos. Con mi papá siempre hablamos de la guerra, incluso ahora que estoy en la facultad”, define. Lucila Ojeda es otra generación de Malvinas pero tiene la misma pasión por la causa. Ella es nieta de veterano. “Yo soy nieta de veterano y estoy muy orgullosa de mi abuelo. Lo invité siempre a la escuela para que hable de Malvinas y el está siempre”, señala. Los veteranos se emocionan al escuchar hablar a sus hijos y nietos. Es la nueva generación que levanta la vieja causa nacional y que parece no morir jamás. Tienen un nuevo frente de batalla, el seguir difundiendo el mensaje por las generaciones que vienen, hasta que la azul y blanca flamee orgullosa en nuestras tierras.

Info Sur Diario

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