miércoles, 20 de noviembre de 2013

FERRO ENCONTRÓ UN GOL Y TERMINÓ GANANDO



Esta vez no hubo suerte. O por lo menos si la hubo estuvo del lado contrario. Porque en un partido en el que el Halcón no pudo hacer pie en ningún momento, sólo a través de esta vía se le escapó un empate que en definitiva era un canto a la justicia. Ni Defensa, ni Ferro pudieron encontrar el rumbo del fútbol y terminó ganando el equipo que tuvo la fortuna de convertir. Ante esa eficacia Verdolaga de llegar una vez y marcar, terminó sucumbiendo un Halcón que sigue estando allá arriba y que por tanto continúa siendo protagonista a pesar de la derrota. Tal vez parezca increíble el cómo se presentaron esos diez o quince minutos iniciales que fueron a pedir de Defensa y la manera en que esa situación cambió tan repentinamente.
Tal vez no tanto por falencias propias sino que más que nada por la viveza táctica que demostró la dupla Medero-Marini en el amanecer del encuentro. Ya en la primera jugada quedó al descubierto la dificultad que presenta la zaga central de Ferro cuando le juegan por abajo, algo que justamente tan bien hace el Halcón. Tanto Satanás Páez como Tuzzio se mostraron muy lentos con la pelota en los pies y eso pintaba genial para la gambeta de Brian Fernández y el excelente presente de un Gato Lucero que las gana todas. Parecía un panorama ideal y el equipo metió mucha gente en tres cuartos de cancha para intentar lastimar. Sin embargo eso duró lo que un suspiro ya que muy rápidamente el Verdolaga atrasó un poco Damián Lemos y ahí encontró la contención que necesitaba. El volante central no se paró como un tercer zaguero, pero sí estuvo muy cerca de ellos y cubrió el espacio que debía aprovechar el Halcón. Así fue que el local anuló a su rival ya que se perdió conexión entre el medio y los de arriba y Defensa jamás pudo jugar a los toques como lo hace siempre. Encima el estado del campo de juego influyó mucho en la imprecisión de ambos lados. Debido a que los de Cocca no podían hacer lo que más saben, no tuvieron otra alternativa más que apostar a los pelotazos. Y esto era justo lo que más le convenía a un Ferro que tiene centrales limitados por abajo pero muy difíciles de superar en los envíos aéreos. Así fue que muchas veces se intentó buscar a los de arriba con centros frontales que rebotaron una y otra vez con el fondo de Caballito. De todas formas, en los últimos minutos de esa primera parte los de Cocca se las arreglaron para llegar con profundidad y tuvieron la chance de convertir, por eso es que terminó dejando una leve mejor imagen que su contrincante. En el complemento el Halcón se sintió más incómodo todavía. Cocca sabía que la clave estaba en la gambeta y por eso mandó a la cancha a Gonzalo Díaz. Brian se paró de punta y Gonzalo se fue moviendo tanto por derecha como por izquierda. Pero no había caso, Ferro estaba tan bien cerrado que siempre se volvía a caer en el error del pelotazo. Los locales no fueron mejores ni por asomo. Pudieron haber insinuado algún centro para Pereyra, pero todos desviados. Estaba claro que no era la tarde de Defensa, por eso es que el punto terminaba viniendo bien a pesar de la gran diferencia futbolística que en la previa había entre ambos clubes. Pero llegó el gol de Ferro, tan inesperada como injustamente. Acuña se escapó por la izquierda, nadie lo pudo frenar y envió el centro atrás para la llegada de Facundo Vera que le dio al arco. La pelota terminó rebotando en Benítez y tuvo destino de gol. Con eso le alcanzó al Verde, que a pesar de haber jugado a lo que quiso, jamás fue más que Defensa. Es cierto que anuló las mejores armas del conjunto varelense, pero eso tampoco le acreditaba esos tres puntos que festejó de la misma manera que habrá festejado el Nacional del 82. Ahora el Halcón deberá pensar en lo que viene. Deberá imponer su ritmo y mejorar en la generación para volver a lastimar. Esta vez la suerte no se hizo presente en Caballito. O mejor dicho, sí. Allí estuvo del lado de Ferro.

Marcelo Tosoni
Varela al Día

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