martes, 29 de octubre de 2013

Cómo transmitir una pasión y ayudar a los más chicos


Cómo transmitir una pasión y ayudar a los más chicos














El vecino del barrio Santo Tomás de Varela apunta a que disfruten del tradicional entretenimiento y alejarlos de la "mala junta", que se genera a partir del flagelo del paco en el lugar y en Villa del Plata. Cómo transmitir una pasión y ayudar a los más chicos Notas relacionada La influencia del film de Campanella Juan José Campanella no conoce a Alberto Pérez, pero la historia de este vecino de Florencio Varela -dueño de un antiguo metegol de madera maciza, que hace feliz a decenas de niños- es también digna de una película.
En la vereda de una humilde vivienda de la calle Beruti al 3900, en el barrio Santo Tomás, luce un ejemplar pocas veces visto en estas épocas de metegoles modernos, pintados a fuego con colores radiantes. Allí está, equilibrado con piedras en sus patas, un estadio de madera pura del estilo que se encontraban en los viejos bares y clubes barriales de mediados del siglo pasado. A pesar de los años aún funciona como la primera vez y, además, aleja a los niños de los vicios de la calle, que no es poco. Alberto es el artífice de esta historia que, según confiesa, no es más que el reflejo de su propia infancia. "Lo tengo hace unos cuatro años, se lo compré al dueño de un kiosco y cumplí un sueño; siempre quise tener uno, desde que soy chico", confesó el apasionado hombre, plomero de oficio. "Cuando tenía 10 años -continuó- iba a jugar a la casa de un vecino. El "viejo Castillo" le decían; era el mejor, te jugaba con una mano". Alberto apuntó que esas tardes que vivó jugando al metegol lo formaron como persona y eso mismo quiere para los pibes que, a diario, se congregan frente a su hogar para protagonizar vibrantes duelos. "Yo les relato los partidos como Víctor Hugo (Morales). 'Ta-ta-ta-ta, goooool' les canto, y ellos se emocionan, se sienten que están adentro jugando un partido de verdad", remarcó. Lejos de lo malo Para Alberto -o Beto, como lo llaman todos en el barrio- la pasión por el metegol que les transmite a los menores tiene como principal objetivo "alejarlos de la mala junta". Es que en el barrio Santo Tomás de Varela, como así también en el Villa del Plata, el paco es moneda corriente entre los más jóvenes. Este flagelo se incrementó en los últimos años y este vecino no quiso quedarse de brazos cruzados, salió a darle batalla con una tradición que -ahora- recuperó fuerza con la película argentina de animación Metegol, del director Juan José Campanella. "Yo les hablo a los chicos para que se alejen de la mala junta, porque camino por las calles y veo que la droga pega con fuerza", aseveró el plomero solidario.

Diario Popular

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