domingo, 24 de marzo de 2013

La seguridad ciudadana ¿una carencia de políticas publicas?


Un concepto nuevo que se va afirmando y que los políticos no saben de que se trata, todos hablan de inseguridad en referencia más a las sensaciones humanas que se relacionan con muchas otras cuestiones y nadie habla de lo que debe y que básicamente tiene que ver con la falta de una política de seguridad ciudadana, con una acción del Estado dirigida al cuidado del ciudadano, una acción preventiva tendiente a que el mismo se sienta seguro cuando transita por cualquier lugar del país o se encuentra en un ámbito de lo público estatal o privado, como por ejemplo un banco. El concepto de seguridad fue variando y ampliándose con el transcurrir del tiempo por variados motivos, los cuales no hay espacio para explicarlos aquí dado que coexisten varios de ellos según su ámbito de aplicación, el que ahora preocupa y ocupa es el de Seguridad Ciudadana que algunos Intendentes como Darío Giustozzi desconocen al indicar que la "inseguridad" (falta de seguridad) se relaciona con las dictaduras militares de los años setenta, lo que evidencia que ni siquiera hace honor a sus estudios universitarios, mezclando una cuestión ideológica-partidaria que no se condice con la realidad actual que viven los pobladores de la provincia de Buenos Aires, utilizando el pasado como justificación de cuestiones que tienen que ver más con las políticas generadas en democracia, pretendiendo ignorancia para no chocar con el gobierno nacional y su proyecto de ser gobernador en 2015, de que hace falta un Plan Estratégico y Programas sobre SEGURIDAD CIUDADANA, es decir políticas públicas aplicadas al cuidado del ciudadano que tengan como objetivo darle protección, anticipándose -en lo posible- a los hechos a fin de tratar de evitar asesinatos como los generados en Junín, en Florencio Varela y en varios lugares del conurbano bonaerense y el Gran La Plata o simplemente los cientos de robos efectuados por motoqueros armados que no llegan a ser denunciados por considerar los damnificados que pierden su tiempo y no tener confianza en la justicia. Giusstozzi cree que con una policía municipal de aproximación primero y con una policía judicial que persiga delitos interjurisdiccionales soluciona el problema y se equivoca, el problema tiene varias aristas y es para tratarlo interdisciplinariamente y políticamente, cuestión que los municipios no pueden darle solución, por no ser su tarea, si pueden colaborar en brindar mejores servicios contribuyendo a la Seguridad Ciudadana, con iluminación, calles reparadas, cámaras de monitoreo colocadas estratégicamente en los lugares más conflictivos y no demagógicamente y fundamentalmente generando ámbitos de participación ciudadana con personas que conozcan de que se trata, sin mezclar a los punteros políticos en el tema. Interdisciplinariamente porque las temáticas que hacen a la falta de seguridad ciudadana se relacionan con individuos provenientes de hogares donde el maltrato es moneda corriente; donde hay necesidades básicas insatisfechas; donde no hay educación; donde no hay trabajo; donde hay prostitución o drogas, donde hay menores sin control alguno de sus padres; donde coexisten variadas causas que empujan al delito y al menosprecio por la vida del otro y fundamentalmente donde un porcentaje jóven de la población potencialmente activa no avisora su futuro; políticamente porque el Estado otorgó a través de las leyes de la democracia ámbitos de amplia libertad sin asignar responsabilidades, generando un Estado ausente al no prever el legislador las posibles consecuencias de una mayor libertad con amplitud de derechos, sin legislar sobre las responsabilidades inherentes a esas mayores libertades y derechos, en éste accionar se puede aseverar que actuaron mirando a las dictaduras militares y en salvaguarda de los derechos humanos, esta mirada desmereció a todos los integrantes de la policía provincial hasta el día de hoy, transformándola en la "maldita policía" y donde se hace patente que el Ministro CASAL sigue esa línea de pensamiento convencido que la seguridad en Junín la soluciona sacando a dos comisarios y trasladando la Jefatura operativa a esa localidad. Nada más errado, lo que hace falta es más personal policial, menos corruptela política y policial, con mayor énfasis en más participación ciudadana apoyada de un cambio en la legislación vigente que permita el control ciudadano de la policía y la deje hacer inteligencia operativa o criminal (no inteligencia interna) para detectar posibles focos delincuenciales y combatirlos con intervención judicial. El Estado presente no es el gabinete policial en un determinado lugar cuando los hechos ya se cobraron vidas humanas, si no la generación de políticas públicas de Seguridad Ciudadana, con objetivos claros y una mirada de mayor amplitud de los derechos humanos, dejando de demonizar a la policía y no pensando como Giusstozzi que la falta de seguridad ciudadana se relaciona con las dictaduras de los años setenta, eso es tener una visión sesgada sobre cuestiones que se generaron en democracia y que van increscendo con el tráfico de drogas a nivel interno, la suma de algunos sicarios que ya operan en el país y una gran corrupción en muchos ámbitos estatales que promueve la "vista gorda" y amplía de esta forma el Estado ausente. Si el legislador no toma real conciencia de los sucesos que estamos viviendo cada día, si tapa las estadísticas y no actúa en función a generar políticas de Seguridad Ciudadana, vamos en camino descendente y a un aumento de las muertes provocadas por quienes hoy se mueven impunemente armados y te matan por nada, en todo esto la otra pata importante que debe involucrarse sin temores es el propio ciudadano.

JORGE DI GIOIA

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