miércoles, 3 de octubre de 2012

CORREO DE LECTORES

 Sr. Director:

Le hago llegar esta carta para disculparme por componer con mi esposo e hijos un familia de clase "media" y pretender mejorar nuestra calidad de vida, con esfuerzo y mucho trabajo genuino; llegando inclusive, alguna vez a mejorar nuestro estándar y entonces correr el peligro de ser catalogados como "clase media alta".

Perdón por nuestros principios, mi familia y yo fuimos criados con la filosofía de "trabajar para progresar", así nos preparamos estudiando, como ahora hacen nuestros hijos y desde muy jóvenes con mi marido privilegiamos el modelo de conseguir y defender buenos empleos en empresas privadas.


Nadie nos regaló nada, con mucho esfuerzo compramos un terreno en Villa Vatteone y de a poco fuimos construyendo nuestra casita en un principio, chalecito después y por hoy una casa confortable; debemos agradecerle al Banco Provincia un par de créditos que nos otorgó en estos veinte años de evolución; quizás en algún momento cometamos el pecado de irnos a vivir a algún "barrio privado", por esto de la seguridad ¿sabe?; entonces pasaremos a formar parte de esa "calaña" despreciada por este gobierno de turno.

Si esto les molesta a algunos y atentamos con mi familia a la paz y convivencia nacional, podemos proponernos a bajar nuestras pretensiones y pasar a integrar la "clase baja" que es muy bien mirada por este gobierno y sentirnos privilegiados con sus planes, subsidios, dádivas y ayudas miserables.

Confieso que con mi familia tenemos una propiedad de 94 metros cuadrados. Poseemos con mi marido dos autos de la década del 90 (por razones laborales), yo soy médica y él ingeniero; además contamos en casa con un par de LCD, algún equipo de audio una "play" de los chicos y otros elementos "superfluos" como teléfono celular, cámara de foto y una filmadora DVD.

Ahora mi pregunta es, ¿Sumando todos mis bienes merezco ser clasificada como un gorila oligarca.?

Con orgullo puedo decirle que no conozco Miami, no tuve nunca el privilegio que tiene nuestro intendente, a mis hijos no los pude llevar nunca a Disney, se criaron con el "libro gordo de Petete"; nuestras vacaciones más "exóticas" y placenteras fueron en Cuba y gracias que concurrí a un congreso médico y contamos con ciertos beneficios hoteleros; contarle lo que es aquello me llevaría otra carta.

Me arrepiento de haber priorizado el bienestar básico de mi familia antes que el del prójimo. Fui una egoísta; con vergüenza reconozco que no soy solidaria y me diferencio de los políticos que sólo hablan de ayudar a la gente, totalmente despojados de ambiciones e intereses personales.

Admito que puedo resultar destituyente y reaccionaria al decir que tengo miedo y siento una gran "inseguridad"· al desamparo de las más altas autoridades".

Espero con ansiedad que desde el próximo 8 de diciembre veamos en todas las pantallas de la TV esa pluralidad que nos garantizará una información independiente para todos y todas.

Ahora me quedo más tranquila, muchas gracias.



Dra. Nélida Alicia Martínez,
D.N.I. 11.410.089

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