jueves, 10 de mayo de 2012

La crisis ya afecta al empleo en la región



Por primera vez en nueve años, hay empresas y comercios más dispuestos a desprenderse de personal que a generar puestos de trabajo. Temen una ola de despidos y suspensiones.
La crisis que paraliza la actividad económica, y que pone al país al borde de la recesión, llegó para quedarse en el Gran La Plata. No es una tormenta pasajera ya que se teme el advenimiento de una ola de despidos y suspensiones en empresas y comercios de la región, algo que ya se está registrando de forma paulatina.  El caso de la empresa Alpargatas (que tiene una planta ubicada en la vecina localidad de Florencio Varela), que viene implementando cesantías temporales de su personal ante la imposibilidad de poner su producción en el mercado interno, es una clara muestra de ello.
Según estudios recientes a nivel nacional, por primera vez en nueve años hay más empresas dispuestas a despedir personal que en generar nuevos puestos de trabajo (ver aparte).



Numerosos comerciantes que tienen su negocio en el centro platense confiaron a Hoy que se les está haciendo muy difícil mantener el personal ante el fuerte retroceso de la actividad económica que se viene registrando. En ese contexto, el titular de la Cámara de Comercio e Industria de nuestra ciudad, Juan Carlos Piancazzo, realizó un severo llamado de atención.



“La actividad económica en la región viene amesetada desde fines del año pasado y, salvo algunos casos puntuales, no se está pensando en invertir, y eso de por sí es un llamado de atención. Además, en el mediano plazo la situación puede agravarse porque la mayoría de la población está endeudada.



Muchas ventas estuvieron fogoneadas por el crédito al consumo, a través de tarjetas de crédito y planes de cuotas. Y eso no es un mercado real”, dijo Piancazzo frente a una consulta de Hoy. Y agregó: “Hay dos, tres y hasta cuatro años del salario de la gente que ya fueron gastados porque los planes hasta superaban las 48 cuotas. El ingreso de la gente está tomado”.



La mentira de YPF

En una suerte de querer volver por arte de magia a los años ‘50 y ‘60, cuando la Argentina se autoabastecía de petróleo, desde distintos ámbitos del oficialismo se viene sosteniendo que, con la expropiación de YPF, se van a recuperar importantes fuentes laborales en la región, teniendo en cuenta que funciona la refinería de la mencionada empresa, que sigue siendo sociedad anónima, en Ensenada. La realidad indica todo lo contrario. Por un lado, el nuevo CEO de la firma, Miguel Galuccio, recién estaría presentando un plan de acciones a realizar dentro de cien días (es decir, asumió sin tener la más mínima idea de qué hacer), en un contexto donde no existe ninguna variable que indique que dentro de tres meses pueda haber una mejoría de la situación económica. Además, YPF es una empresa saqueada y quebrada, por lo que cualquier plan que se intente instrumentar requerirá de importantes inversiones que, ante la desconfianza que despierta el Gobierno nacional en los mercados internacionales, hoy brillan por su ausencia.



Galuccio no tiene los mejores antecedentes en lo que se refiere a la creación de puestos de trabajo en la industria petrolera. Todo lo contrario. El flamante CEO de YPF formó parte de esta empresa en los ‘90, cuando se aplicaron durísimos planes de ajuste que llevaron a que numerosos empleados se vieran obligados a aceptar planes de retiro a cambio de una módica indemnización. El resultado fue la proliferación de taxis, remises, pizzerías y kioscos, la mayoría de los cuales terminaron fundidos.



Las consecuencias de un país desindustrializado



Una de las razones fundamentales de esta situación económica es la falta de una política que tenga que ver con la producción, que le dé valor agregado a la economía y se generen puestos de trabajo genuino en industrias como el acero, el plástico, la meltalmecánica, los frigoríficos, entre otros sectores. La Argentina se ha convertido exclusivamente en un país de servicios administrados por los distintos estamentos del Estado.



“Estamos ante un importante problema del sistema económico: si hay un freno en la actividad, prácticamente nadie puede hablar de incorporar personal. Y a ello se le agrega, a raíz del déficit comercial, el problema de las trabas de las importaciones, que ya de por sí, en algunos casos puntuales, generó suspensiones de personal”, explicó a Hoy el titular de la Unión Industrial del Gran La Plata, Francisco Gliemmo.

Los industriales también están en alerta por la disposición del Gobierno nacional que obliga a los exportadores a liquidar sus divisas en el plazo de quince días. Afirman que esa medida podría causar “daños irreparables” a la estrategia comercial de las empresas.



Se derrumba la demanda laboral



El índice de demanda laboral medido por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano siguió empeorando en abril, al caer 6,8 por ciento frente a marzo en la serie desestacionalizada y derrumbarse un 35,8 por ciento comparado con igual mes de 2011.

El informe dado a conocer ayer por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la UTDT puntualizó que se trata de la onceava baja interanual consecutiva que registra el índice. “A partir del segundo trimestre del año pasado, la serie muestra una tendencia decreciente, alcanzando en los últimos meses los niveles mínimos de principios de 2002”, indicó.



Actualmente, el índice de demanda laboral se encuentra por debajo de los valores alcanzados entre fines de 2007 y principios de 2008, momento en el que comenzó el descenso del pedido de trabajadores.



“Desde septiembre de 2008, el indicador se encuentra por debajo de su promedio histórico, 79,3 puntos, ubicándose en la medición actual un 49,8 por ciento por debajo del mismo (es decir, una diferencia de 39,5 puntos). Además, el índice se encuentra 3 por ciento por encima del mínimo histórico alcanzado en abril de 2002”, detalló.



El sondeo reflejó que las categorías ocupacionales verificaron en abril un comportamiento negativo en la serie con estacionalidad con respecto a marzo, al verificarse bajas en todos los rubros de empleo que componen el índice.



El pedido de trabajadores en los rubros de empleados de servicios descendió 23,5 por ciento; el de administrativos cayó 23 por ciento; y el de técnicos disminuyó 13,6 por ciento. A su vez, la demanda de profesionales se contrajo 9,2 por ciento, y la de empleados comerciales mermó un 5,7 por ciento.



Un problema a escala nacional



Lo que está ocurriendo en la región no hace más que reproducir lo que está ocurriendo a nivel nacional. Un reciente estudio realizado por SEL Consultores, que conduce el economista Ernesto Kritz, sostiene que en las últimas semanas se registró un cambio de tendencia. Concretamente, por primera vez desde el año 2003, “las empresas que prevén disminuir su dotación de personal superan a las que piensan aumentar el plantel”. Este estudio se realizó en base a consultas realizadas a gerentes y propietarios de 140 empresas, varias de las cuales se encuentran en el top ten de las más importantes del país.

Así, si durante el año pasado el 27% de las empresas contemplaba tomar más gente mientras el 10% planificaba reducir el personal, en este 2012 sólo el 11% prevé tomar más personal ante un 15% que planifica recortar el plantel. Esta decisión se conoce en medio de un marcado deterioro de lo que se denomina el clima de negocios.



El informe también da cuenta de que, ante el actual contexto económico y político, la mayoría de las empresas cambió sus planes. Y eso lo relacionan con la desaceleración de las ventas. También aumentó la opinión de que el estado actual de la economía es inestable (61%) o no sostenible (21%).



En cuanto a la inversión en este año, sólo el 10% de las empresas la califica como buena (una caída a la mitad respecto del año pasado), en tanto que algo más de 30% la define como mala (un incremento de 9 puntos). La mayoría piensa que es regular. Lo más significativo, tal vez, es que más del 70% opina que empeoró respecto del año pasado.





Diario Hoy en la Noticia

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