domingo, 11 de marzo de 2012

River empató con Defensa en un vibrante partido

Defensa y Justicia le gana a River en La Plata. (Foto: Télam)

La promesa de buen fútbol que a priori se auguraba en el duelo en La Plata entre el local, Defensa y Justicia y River, que buscaba quedar puntero en soledad, tras la derrota de Instituto contra Patronato y el empate de Quilmes y Deportivo Merlo, se consumaba ni bien comenzado el juego.





Es que cuando todavía algunos se acomodaban en sus asientos, Lucas Ocampos le robó la pelota en la salida al zaguero uruguayo Ferrón y definió ajustado ante la salida desesperada de Preafán para acercarle a River la cima de B Nacional y poner el 1-0.



El DT local, Ricardo Rodríguez, le pedía a los suyos no perder la calma y recordar los mandamientos de su libreto de pelota al pie y fútbol ofensivo. Y lo cierto es que no tuvo demasiado tiempo como para desesperarse el Halcón, ya que a los 9 Matías Díaz trepó por la banda izquierda y tiró un centro que se fue cerrando y terminó por meterse cerca del ángulo izquierdo de Vega. Sí, así como el 1-0 llegó por sorpresa, el empate también lo hacía.



De equipos que buscan el ataque, un partido entretenido era esperable, y a tanto River como Defensa se hacían cargo de ir para adelante. Una escapada de Sánchez parecía que iba a terminar en nuevo gol de los de Almeyda, pero cuando el 1 local lo atoró, el uruguayo se nubló y terminó simulando una caída, que el árbitro, Pompei, no compró. También lo tuvo el equipo de Florencio Varela, cuando Díaz, volcado a la derecha, enganchó hacia el medio y soltó, a lo Messi, un zurdazo al segundo palo que exigió una buena atajada de Vega.



La polémica también tuvo lugar en los primeros 45, cuando el arquero visitante pareció cruzar abajo a Piriz Alvez, cosa que el juez no entendió como falta.



El complemento también arrancó a puro vértigo. Almeyda se la jugaba y ponía a Trezeguet por Abecasis, cambiando el 4-4-2 a un 3-4-1-2. A los 9, la apuesta del Pelado pagó con creces, cuando un centro desde la derecha de Sánchez fue anticipado y cabeceado de pique al suelo por el ex Juventus, que con alma y vida gritó el 2-1.



Todos los que creían que el partido se encaminaría para River, una vez más, se equivocaron, ya que, esta vez, la alegría no duró ni 5 minutos, ya que Ramiro Funes Mori peinó en el primer palo un córner que Matías Díaz había lanzado desde la derecha del ataque de los de Varela, poniendo una nueva parda en el marcador.



A partir de ahí, los del Negro Rodríguez arrinconaron a River, con buen fútbol, pases al pie y una clarísima vocación de ir al frente. En esa sintonía no extrañó que Bustamante cabeceara al gol un lindo centro desde la izquierda de Piriz Alvez, que a pura potencia había desbordado.



Ya sin fútbol, el tanque de River estaba lleno de amor propio y en esa búsqueda ciega que emprendió ni bien estuvo en desventaja tuvo su premio a los 13, cuando Trezeguet le dio un pase a la red luego de que el arquero Perafán otorgue un rebote tras una fallida definición de Cavenaghi, de flojo rendimiento.



Lo que quedó luego fue lógico de este gran espectáculo que ambos equipos dieron con la quinta marcha a fondo, el recuerdo de un partidazo.



A River le queda el sabor amargo de no haber dado el zarpazo a la cima y desaprovechar la caída de Instituto.



A Defensa, el amargor radicará en la espina de que se le escapó el partido ante el máximo candidato al ascenso. Lo que sí, a ambos debe quedarles, con las pulsaciones más bajas, el placer de haber brindado un gran espectáculo.
 
clarin.com

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