martes, 23 de agosto de 2011

LA BANDERA ARGENTINA AL TOPE… ¿SIEMPRE?


Hace apenas unas semanas, mediante el Decreto 824/11, firmado por el intendente municipal de Florencio Varela, se ponía en conocimiento de la voluntad de adherir a la del Gobierno Nacional, disponiendo que la Bandera Argentina: “deberá permanecer enarbolada en forma permanente en todos los edificios públicos y reparticiones públicas municipales.










Dicha medida se fundamenta en resaltar uno de los símbolos patrios por excelencia, ícono de nuestra soberanía nacional, rindiéndosele el máximo honor y respeto como afirmación de los valores patrióticos del país.









Asimismo, es intención del intendente reafirmar las tradiciones que encierra dicho emblema y confirmar cada día el concepto de identidad nacional como símbolo de libertad, paz, igualdad, civilización y justicia. La Bandera Argentina debe permanecer en alto como gloria de un pueblo generoso, representando a los hombres y mujeres que se sienten protegidos por ella, constituyendo un emblema de libertad, paz, honor y trabajo a lo largo de nuestra historia”.





Una medida que aplaudo y saludo como argentino. No obstante, es importante destacar que existen normas protocolares establecidas que deberían conocerse, respetarse, observarse, controlarse y darle cumplimiento. Especialmente para que las tengan en cuenta las organizaciones extranjeras radicadas en nuestro territorio.





Uno de los temas que me preocupa es que, recién ahora, en el primero de los “Bicentenarios” de la Patria se haga hincapié en que el Pabellón Nacional es “…símbolo de libertad, paz, igualdad, civilización y justicia…” ¿Antes de ello, no se tenía en cuenta?





El legado del General Belgrano ha sido bastardeado por diferentes sectores sociales y políticos quienes utilizaron los colores patrios incluyendo en sus pliegos frases, dibujos, nombres y figuras que no garantizan ningún sesgo de igualdad. Cada uno le da el uso que mejor convenga a sus intereses y en el momento que más les sirva a sus necesidades.





Pero la cosa se pone un poco más grave aún. Tratando de investigar si, en Florencio Varela, existe alguna dependencia extranjera que estaría usufructuando parte del territorio del distrito, los resultados fueron vanos y negativos.





La foto fue tomada en un predio ubicado en la Ruta 36, de esta localidad. En la misma se puede observar como, nuestra Bandera, la de todos los argentinos, fue izada debajo de la representativa de un país limítrofe.





La ignorancia de las leyes y normas que rigen nuestra sociedad podrían justificarse por la falta de instrucción de nuestros ciudadanos, generalmente producto de un plan preestablecido para tal fin. Como prueba irrefutable invito a las autoridades a realizar una encuesta entre docentes, educandos y habitantes en general para poder establecer un parámetro, cuantitativo y cualitativo, sobre el tema.





Pero cuando son extranjeros, quienes las desconocen, sin ánimo de establecer un segmento xenófobo, representa una afrenta hacia la nación que los recibió, cobijó y les brindó oportunidades de una vida mejor.





Quizás, algunos lectores, piensen que siempre se le busca la quinta pata al gato. Estarían equivocados. Si no hacemos respetar los derechos establecidos y garantizados por nuestras leyes, seríamos cómplices de aceptar un desconocimiento de nuestras costumbres y la pérdida de la idiosincrasia que nos legaron nuestros mayores.





A efectos de aclarar sobre el punto en cuestión, quiero compartir la normativa vigente respecto al izamiento de la Bandera Argentina:





Izamiento:



Siempre que se produce el izamiento de banderas, incluidas las extranjeras, quienes tengan el manejo de las mismas deberán recordar, que la primera que llega al tope es nuestro pabellón y a continuación las demás.





El pabellón nacional argentino puede ser izado por cualquier ciudadano/a incluidos los extranjeros.





Es normativa legal que, siempre, la Bandera Argentina se encuentre al tope del mástil. Las extranjeras, provinciales e institucionales deberán ser colocadas debajo. Es una cuestión de respeto y protocolar que debería ser tenido muy en cuenta por las autoridades y de manera especial por los propios ciudadanos.





Oscar Fernando Baró
Periodista-Docente libre pensador argentino

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