La reciente internación del intendente local, Julio Pereyra, dio motivo a todo tipo de comentarios en la comunidad local. Tal como se informara, el jefe comunal debió ser internado en el hospital de Alta Complejidad de El Cruce y durante varios días, tras lo cual fue dado de alta.
El informe oficial habló de dificultades respiratorias por una afección que venía incubándose 48 horas antes y que se potenció al conocer el deceso del ex presidente Néstor Kirchner.
El Lord Mayor sufre de asma desde hace tiempo, que es una enfermedad caracterizada por disnea, con sofocación, tos, estertores sibilantes y sensación de constricción en el pecho debido a la contracción espasmódica de los bronquios.
Pese a ser un hombre metódico, que cuida minuciosamente su estado de salud al igual que su régimen alimentario, hace meditación y actividades físicas, su labor política, con el stress que ello produce, genera ciertos contratiempos y descuidos. La propia actividad política a la que se dedica Pereyra, al concurrir a los barrios, a sus funciones en la FAM, a sus encuentros partidarios, provocan el lógico desgaste en cualquier persona.
Todo ello hizo que esa afección lo descompensara y debiera ser internado, tras una rápida intervención de su hermano Hugo que se dio cuenta de la real situación que padecía Julio. El intendente quedó algo afectado de uno de sus pulmones.
Próximo a cumplir 60 años, Pereyra sabe que debe cuidar su salud cada vez más, con periódicos chequeos, y dosificar su intensa actividad como funcionario y político, con el objetivo de no causar alguna otra alteración en su salud y que ello provoque consecuencias.
En su entorno están preocupados para que Pereyra continúe con una dieta estricta y «pare la moto» en cuanto a su intensa actividad diaria. Igual, saben que ello es muy difícil que sea acatado por un hombre de gran vocación política.
Publicado por el semanario La Colmena
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